miércoles, 24 de agosto de 2016

BC-Tipos de Personas

El Hospital al cuál vamos a intervenir todos los sábados es público, eso quiere decir que cualquier persona puede entrar, y eso significa que nos encontramos con un gran abanico de tipos de personas que esperan ser atendidas, de todos los niveles socioeconómicos y étnicos, de todos los rincones de la Provincia y hasta incluso de países limítrofes como Bolivia y Chile.
Para facilitar la comprensión de esta sección, y sobre todo para evitar una interpretación discriminadora, voy a diferenciar tres tipos de personas: Los que saben a que nos dedicamos, a los que voy a llamar Clown Friendly; los que no saben pero quieren saber, los que yo llamo Wannabe; y los que no saben ni quieren aprender o de por sí no los caemos bien o con quienes no se puede razonar, los Haters o Irrazonables.
Empecemos con los CF o Clown Friendly.
Son esas personas que vieron la película de Patch Adams o saben a qué se dedica el payaso de hospital, o que sin saber lo ayuda y hasta respeta su labor. Son nuestros mejores amigos y hasta muchas veces nos ayudan a que la intervención sea más dinámica y divertida para todos, realmente agradecemos a las personas así.
Gracias a Dios hay más personas de este tipo que de los Haters en el hospital, principalmente porque saben a que vamos y cuando ven a su hijo reír y olvidarse de su dolor ellos también lo disfrutan. Ríen con nosotros, jugan con nosotros, proponen juegos, bailan, cantan, esos sí son padres de verdad.
Muchos padres le tienen miedo a los payasos (¡maldito It!) y no quieren que entremos, pero su hijo se desespera porque lo hagamos, y el paciente es quien nos importa. Algunos padres no nos miran, otros salen de la habitación y se quedan controlando a su hijito desde la puerta (cosa que me parece muy bien). Pero lentamente se acostumbran a nosotros y van perdiendo el miedo, ¡no se preocupen, no mordemos!
He tenido muchas intervenciones en estos dos años que ya llevo de voluntariado activo, y cerca del 70% de ellas fueron con gente amigable, incluyo también médicos y enfermeros.
Nótese que aquí no estoy hablando acerca de niveles sociales ni lugares de residencia; Salta es una provincia rica con mucha gente pobre, nuestra riqueza natural es mucha pero no está bien empleada ni distribuída, la gente del interior de la Provincia apenas sí tiene para comer; muchos viene del Oeste dónde están los Andes y se dedican al pastoreo de ovejas, chivos y llamas; otros vienen de la región del chaco salteño, en su gran mayoría aborígenes que NUNCA estuvieron en la ciudad y es la primera vez en su vida que ven un payaso.
Esta gente es bastante tímida y reservada, cuesta un poco más intervenir con ellos ya que desconocen nuestra labor y su cultura les dice que hay que desconfiar de aquellos que no son de su misma etnia., y no hablo solamente del "hombre blanco", ya que en el grupo somos de distintos colores y tamaños y aún así desconfían. Aquí tenemos un problema cultural bastante grave, he tenido la oportunidad de viajar a esas zonas junto con mi novio que trabaja arreglando maquinaria del campo, y es palpable el rechazo que sienten hacia, por así llamarlo, los extranjeros. Muchos dirán que es por el tema de las tierras, los desmontes, la discriminación, pero yo he sido testigo que se les dá desde casas con las más modernas instalaciones sanitarias hasta computadoras e internet, más ellos las destrozan o continúan con su estilo de vida. Sencillamente no quieren dejar atrás sus raíces, por más que se les muestre que pueden seguir perteneciendo a su raza étnica y vivir más dignamente, pero ellos tienen grabado a fuego que si nacieron en un rancho con piso de tierra y con techo de madera así tienen que morir. Son casos especiales que vemos de vez en cuando.
Esto me lleva al siguiente grupo, que son los Wannabe o gente que no sabe lo que es un payaso hospitalario y aún así quieren saber.
Generalmente es la gente del interior, a los que les damos curiosidad. Para que entiendan voy a explicarles algunas de las comunidades étnicas que hay en la Provincia y será por regiones.
En la región andina nos encontramos con los Kollas, descendientes del imperio Inca, su lengua es el quechua y se dedican a la crianza y arreo de ovejas, chivos y llamas y alguna que otra actividad agrícola estacional. Gente muy alegre y curiosa, amable y con un gran respeto por la Pachamama. Si alguna vez tenés la oportunidad de visitar mi Salta no dejes pasar la oportunidad de visistar Iruya, Cafayate, Cachi, San Carlos y San Antonio de los Cobres.
En la región de la selva tenemos a los Guaraníes, los Chané y los Tapieté. Los primeros se extienden hasta el Sur del Brasil, los segundos son un poco más regionales, limitándose a Bolivia y Salta, mientras que los terceros incluyen a Paraguay. Son menos curiosos que los kollas pero con menos recursos que estos, dado por la densidad de la selva salteña la llegada de ayuda del gobierno es menor. Generalmente los tienen en cuenta cuando es época de elecciones pero el resto del tiempo son olvidados.
Por últimos nos queda la región del chaco salteño, con varios pueblos, entre ellos los Wichis, Chorote, Tobas, Matacos, Diaguitas, entre otros. De todos los anteriores mencionados, los pueblos de esta región son los que menos recursos tienen y los más cerrados, en especial los Wichis.
Me ha tocado intervenir con varios pacientes pertenecientes a esta comunidad étnica, en TODOS sus casos el acompañante del paciente era la madre con todos sus hijos, y son bastante difíciles y cerrados al momento de entablar una conversación. Las razones son varias: Primero que nada, la desconfianza que sienten hacia el criollo y el hombre blanco; aclaro que para ellos todo aquél que NO pertenezca a su etnia es criollo, entonces acá tenemos una barrera cultural bastante complicada de sortear, ¿cómo intervenir con una persona que durante generaciones se le enseñó a desconfiar de los que no son como él?
Segundo, las mujeres se quedan en casa con los hijos, y si salen lo hacen con TODOS sus hijos, si tiene quince hijos sale con los quince. Entonces en una habitación dónde no pueden estar más de tres personas la encontramos sobrepoblada, casi hacinada. El hombre, en cambio trabaja afuera de casa.
Voy a dar un ejemplo para que se entienda mejor. Yo soy mujer y por problemas de la piel no puedo estar al Sol, por ende soy muy blanca. Para una mujer wichi represento un completo enigma ya que una mujer no debería salir de su casa, tengo un color de piel del cuál ella desconfía y ¡encima visto raro! Pero supongamos que va un compañero que es más moreno que yo, ni aún así va a abrirse ya que no está socialmente bien visto que una mujer hable con un hombre que no es su hijo o esposo.
Generalmente, los aborígenes que intervenimos llegan al hospital con casos de desnutrición moderada y severa. Lamentablemente, más que un problema del gobierno de turno es una cuestión cultural, ya que la comida que se les brinda la utilizan en los animales y no en sus hijos.
Es evidente el interés que sienten hacia nosotros, solo que sus ancestros los educaron para desconfiar de todo aquél ajeno a la etnia.
Y por último tenemos a los Haters o Irrazonables. Son casos excepcionalísimos pero que no dejan de estar en todas las intervenciones, al menos hay uno o dos pacientes que son así.
Son personas bastante complicadas de intervenir, casi imposibles. Creen que vamos a molestarlos cuando ellos siempre tienen el poder de decidir si quieren o no que interactuemos con ellos. La práctica activa es la única herramienta para poder detectar automáticamente quién no quiere ni que lo miremos y quién espera por que lleguemos a su habitación.
Hay distintas maneras de diferenciarlos, generalmente son aquellos niños que únicamente te piden juguetes, insultan y no te dejan intervenir con el resto de los pacientes. Me ha tocado varios, en especial adolescentes y niños en edad de dos a cinco años; muchas veces son influenciados por los padres, no se dan cuenta que estamos realizando una obra de corazón y que esto es pura y exclusivamente por ellos. En cambio, disfrutan ver como sus hijos nos patean las piernas, nos tiran de la ropa, algunos hasta escupen y empujan; los padres se enojan con nosotros porque no tenemos juguetes para regalar y ¡mucho cuidado si tenemos algo de nuestras herramientas de trabajo que su hijo quiere y no se lo queremos dar!
De la educación que le des a tus hijos depende tu inclusión en cualquiera de estos grupos. Todo empieza por casa, recordá siempre que nosotros no vamos a pedirte nada, al contrario vamos a dar y ofrecer.

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