jueves, 21 de febrero de 2013

Soledad

Hoy quiero hablarles acerca de la soledad que siento todos los días de mi vida. Es algo indescriptible pero voy a hacer el intento de poder plasmar mis sentimientos en este pequeño espacio que me brinda Internet, aunque se que nadie estará leyendo esto, ya que solo soy un nadie más en este vasto mundo humano.
NO recuerdo la primera vez que empecé a aislarme por mi cuenta, de niña siempre fui rara, me gustaban cosas que a mis compañeros no, escuchaba música que mis compañeros no... En mi libreta escolar se puede ver la letra de los maestros diciendo "Solitaria, prefiere trabajar sola que en grupo", "no sale a jugar al recreo, lee mucho", "grandes capacidades artísticas, no se relaciona con los demás alumnos".
Hace mucho tiempo, cuando aún iba a la secundaria, me cambié de colegio, pase de un colegio de mujeres a uno mixto; allí me enamoré de un compañero mío al cual admiraba en secreto, se lo conté a mi única amiga y ella fue y se lo contó a todo el curso; desde ese momento empezó mi infierno que hasta el día de hoy sigue: Bullying, maltrato, insultos, golpes y violencia llegaban a mi persona todos los días. Eso continuó así por los 3 años que permanecí en ese colegio; hasta que me quedé de curso a causa de mi bajo rendimiento escolar ya que mis padres se negaban a cambiarme  aotra institución.
Pero el daño ya estaba hecho... Mis ojos pasaron a tener cada vez más pintura negra, mis labios ya casi no sonreían y había dejado de soñar.


Sensaciones

La primera vez que nos tuvimos solos, el uno para el otro, fue despues de esperar mucho tiempo, casi 6 meses, de una punta a la otra de la Argentina, a casi 4.000 km... Él venía buscando mi calor y yo buscaba su río donde saciar mi sed. Sus labios carnosos, sus ojos negros como la noche, su cuerpo atlético, su piercing... Dios, ese piercing de lengua que tantas veces había visto vía Skype hoy estaba allí, frente a mis ojos, sin nada mas que milimetros de mi boca.
Se relamía como un lobo, saboreando la comida por venir: mi cuerpo. Sus grandes manos varoniles, surcadas por gruesas venas acariciaban mi cuerpo generoso en curvas, hacían que mis miles de terminales nervioses exploten en éxtasis desenfrenado, llevando un tsunami de sensaciones que recorrían todo mi cuerpo...
Con cada beso suyo le hacía el amor a mi boca, ese piercing atrevido y osado no se bastaba solo con mis labios, quería más... Mis dientes, mi lengua, mi labios, succionando, lamiendo, mordiendo, respirando, exhalando... De mi boca pasó a mis mejillas, con sensuales besos fue desarmando toda posible resistencia que pudiera haber, yo vanamente quise zafarme de tan lujuriosa posesión, pero él me tomaba firmente de las manos y las colocaba sobre mi cabeza.
-Sos mía-Susurró tan cerca de mi oído que la humedad de su aliento pasó a mi pelvis donde se transformó en un torrente de dulce nectar.
Continuó con su canibalismo, lenta y lujuriosamente, degustando y excitandose de mis reacciones, de mis gemidos, de mis movimientos improvisados de caderas... Su barba rozaba mi piel hipersensibilizada, sus dientes devoraban cada centímetro de mí... Estaba a punto de perder la razón, estaba a punto de doblegarme a su voluntad pero mi fiero carácter de yegua indómita me lo impidió.
Con su caliente acero fue creando un camino hacia mis senos, de los cuales se sirvió el tiempo que quiso, acariciando y pellizcando mis pezones los cuales se iban poniendo cada vez más y más duros. Sus gemidos eran la señal de que se estaba conteniendo para no soltar su verdadera naturaleza. Como buen taurino deseaba que le entregue todo de mí, pero yo todavía no estaba lista para eso.
Cuando menos me dí cuenta, ya había pasado por mi vientre, juntado su piercing con el mío y había arribado a las puertas de mi cuerpo. Allí en mi panal, bebió de mi néctar mientras yo me sacudía en violentos y placenteros espasmos de pasión desenfrenada. No aguanté más, tomé su negro cabello y lo presioné más contra mi clítoris. Humedeciendome más y más, introdujo un dedo, acariciando mi canal vaginal, luego dos, aquel par llegó hasta mi punto g, del cual al cabo de unos minutos brotó un mar de flujo, caliente y sabroso, que fue a parar a su boca.
Dejándome palpitante y caliente, él se acercó a mi vagina, con los restos de mi fluido aún en su boca, me miró con esos ojos lobunos y se mordió sus carnosos labios mientras acariciaba mis labios mayores con la cabeza de su moro y grueso pene. Colocó la cabeza en su lugar... Y entró.
La yegua en mí... Había sido domada.

jueves, 7 de febrero de 2013

De Norte a Sur

Normalmente cuando uno se imagina como surgen los grandes amores, suele recordar viejas escenas de amor de renombradas películas de Hollywood. Como olvidar el encuentro entre Rose y Jack en la popa del Titanic, o la primera mirada cruzada con especias orientales entre Rick y Eveling O'Connor en La Momia, o las hermosas escenas entre el temerario Aragorn y la delicada Arwen, y así muchas otras escenas más... Pero jamás se habría ocurrido que mi gran amor sugiría gracias a un juego MMPORG.
¿Cómo explicar lo que se siente ver a tu novio de hace seis meses por primera vez? ¿Nervios? ¿Ansiedad? ¿Adrenalina?... Quizas todo junto, pero lo que sí estoy segura es que nunca antes me había imaginado ser la protagonista de mi propia pelicula de amor.
Cuando lo vi por primera vez mi reacción automatica fue la de morderme los labios y las uñas de la mano... Y esconderme de su vista, aunque mi escondite duró poco pues escapar de la mirada ansiosa de tu novio es bastante complicado, mas si has esperado 6 meses para verla por primera vez.
Tambien es complicado tener paciencia cuando tu valija se demora mas de lo previsto y tenés a tu novia esperandote del otro lado del vidrio de arribos... Pero todo vale la pena cuando por fin no hay nada, pero NADA que los separe; no mas computadora, no mas internet, no mas distancia, no mas NADA... Solo centímetros, milimetros para estar en sus brazos.
Y sentir que volas cuando te alza y me llena de besos mientras un tsumani de sensaciones te invade, los sentidos que nunca se usaron se vuelven locos: olfato, gusto, tacto, oído, vista... Ah, maldita internet, nos unes pero distorcionaste tanto la realidad como nunca lo pensé... Su voz no era así por internet, sus ojos tampoco, menos la forma de su cuerpo: ÉL ES MUCHO MÁS DE LO QUE ME MOSTRASTE.
Ahora nuevamente tenemos a la distancia entre nosotros... Pero por poco tiempo; debemos ser fuertes y aguantar como lo hicimos en un principio.
Y mientras su perfume llena mi pieza de recuerdos hermosos que nunca se irán de mi mente.