martes, 9 de abril de 2013

Mi Life As Rocky Balboa - Día 1

Hace tan solo una par de días, volviendo de mi entrevista de trabajo me encontré con un perro tan lastimado que con solo mirarlo te hacía doler no solo el cuerpo, sino también el alma. 
Era un pitbull. Había sido usado en esas viles y malditas peleas de perros que tanto odio, su cara está surcada en cicatrices por la cantidad de veces que ha lucado, su mirada está llena de tristeza, su cuerpo magullado y maltratado, pero lo que más me impresionó era ver esa herida enorme que tenía en la pata izquierda trasera: tenía el hueso y el músculo completamente a la vista! Pero lo que más me hizo enojar fue que en la parada había mucha gente y nadie lo ayudaba! Como el colectivo ya venía solo pude sacarle una foto para subirla a Internet y empezar a buscar ayuda desesperadmente.
Al subirla, mucha gente pedia que lo ayuden pero nadie se movía,  hasta que un chico se ofreció a llevarme hasta el lugar donde estaba, juntos lo llevamos al veterinario, pero solo podía limpiarle herida: Nada de suturas ni internación, debía seguir con esa herida horrible.Había sido atropellado.
Ante la desesperación de no saber que hacer porque no teníamos donde dejarlo... pensé, yo no pasé por ahí por nada, Dios me envió para ayudarlo, tengo que hacer algo por él. Llamé a mi casa y le pedí permiso a mis padres para tenerlo en provisorio hasta que se recupere, mi madre no pudo soportar las lágrimas que derramaba y accedió.
Aunque no esté dentro de casa, está bajo el techo de mi porche; con abrigos, comida, agua y atención, seguramente más de lo que le dió su antigüo dueño.
Y aunque sea muy terco y no para de lamerse, sé que va a recuperarse, con tiempo y amor.
Hoy fue solo el primer día de la larga lucha de Rocky Balboa.