lunes, 3 de octubre de 2016

BC: Nuevos Talentos Formación 2016

Cada cierto tiempo, por lo general una vez al año, Narices Felices abre las inscripciones para que todo aquél que tenga la vocación y las ganas forme parte de nuestro selecto electo de payasos hospitalarios. Hace un par de días se graduaron los nuevos compañeros de la formación 2016.

En esta ocasión tuve la oportunidad de formar parte del staff de formadores, quienes son los principales oradores y capacitadores encargados de brindar a los nuevos payasos toda la información que necesitan para poder intervenir. Hace unos capítulos atrás había hablado de "Los Recursos del Payaso", en esta sección trataré más en profundidad esos valiosos recursos.

Además del vestuario, el cuál es esencial, los payasos hospitalarios necesitamos recursos de vital importancia: La información. Durante nuestra formación, el período de tiempo que le lleva a una persona adquirir esos conocimientos los cuales no suelen ser más de ocho o nueve sábados, se estudian distintos temas, los cuales son:

-Risaterapia.
-Psicología.
-Técnica de grupos.
-Resilencia.
-Teatro.
-Actuación.
-Capacidad de empatía.
-Higiene y seguridad.

Y recientemente se ha añadido la sismología y la capacitación para actuar frente a sismos e incendios en caso que ocurran durante una intervención, el cuál estuvo a mi cargo en esta formación.

Es muy grato observar como los "pollos", como decimos en Argentina a los chicos nuevos, empiezan con alegría y optimismo esta nueva etapa, pues la parte teórica se acabó. Ahora viene la práctica: La "payantía", el período dónde se implementa toda la teoría en el ámbito hospitalario.

Personalmente, observé en esta ocación gente con muchas ganas de intervenir, pero sobretodo con el sentimiento de ayuda al prójimo y de hacer el bien lo cuál es determinante en el voluntariado; sin este podrás ser la reencarnación de Charles Chaplin y hacer reír a todo el mundo pero no tendrás la voluntad de dejar la comidad de tu hogar y brindar esa alegría.

El voluntariado del payaso de hospital es bastante sacrificado. El horario que tenemos es algo complicado para el salteño, ya que es justo en el horario de la siesta de un sábado; muchas veces sacrificamos unas horitas de sueño o una salida con la familia para ir a hacer el bien, haga frío o calor, nieve o truene, allí vamos nosotros a dar todo sin pretener nada a cambio. Pues eso es lo que hace al voluntariado tan especial: La gratuidad. Nosotros no recibimos un sueldo por esto que hacemos, tampoco nos dan para el bus o para una tacita de café, ni para nuestro vestuario o para los instrumentos que llevamos. TODO sale de nuestro bolsillo y de nuestro corazón.

En esta ocasión me tomé la libertad de pedirles a los chicos nuevos que no se olviden de dos cosas durante su voluntariado: Primero, que recuerden el motivo que los hizo elegir a Narices Felices; y segundo, el motivo por el cuál SIGUEN con Narices Felices. Pues uno siempre empieza con la fuerza de una locomotora en los primeros meses, y después viene la cuesta arriba, más cuando empiezan a llegar las primeras desilusiones al darnos cuenta del verdadero sacrificio que implica este hermoso trabajo.

¡Estoy ansiosa por empezar a intervenir con los nuevos y nutrirme de ellos!

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