sábado, 22 de octubre de 2016

Casos Especiales: Adolescentes


De por sí intervenir con un adolescente es complicado, a eso le sumemos que cada uno tiene una personalidad completamente distinta a los demás, una educación diferente y distintos gustos. Entonces aquí los padrones y todo lo que hemos recopilado de información, canciones, bailes, chistes, juegos, etc. no sirve de nada. Porque el adolescente siempre es complicado.

Como exadolescente vivía en guerra con el mundo entero, muchas cosas me parecían aburridas, sin sentido, estúpidas y hasta molestas; supongo que hay muchos chicos que piensan como yo, y a eso le sumemos la tecnología que avanza a pasos agigantados, quitándoles la poca inocencia o contacto con el mundo real.

Intervenir adolescentes siempre es complicado, hay muchos compañeros que prefieren no visitar el CIM 4 o Pasillo de Traumatología dónde se encuentran la gran mayoría de ellos, pero no se los puede ignorar. Aunque he de ser sincera y decirles que cantar, bailar y jugar no sirve con ellos.

Ser un pre puber y un adolescente no es cosa fácil, todos hemos pasado por esa situación. Yo recuerdo que mi adolescencia fue caótica y complicada, así que me imagino que para ellos debe de ser así, muchos cambios hormonales, sale pelo dónde antes no estaba, muchas lágrimas, poca paciencia y demasiada irritabilidad por todo. Aún más cuando se debe estar internado, soportando a extraños que te digan que hacer y que no hacer, pinchándote aquí y allá, sin poder ver a tus amigos, sin jugar a la pelota, no se tiene privacidad, etc. Es normal que el adolescente esté más irritado de lo normal.

En las veces que he intervenido adolescentes casi siempre me costó más llegar a ellos, sólamente en contadas circunstancias pude realizar una verdadera conexión y hacer una buena intervención. Con el teen no se pueden cantar las canciones del Reino Infantil, Mickey Mouse ya no le pasrece gracioso ni simpático, es muy raro que un adolescente moderno lea y ha empezado a elegir sus propios gustos musicales.

Nuestro método de trabajo es dejar que el paciente proponga el campo de juego, pero si el paciente no colabora, y te mira con una mezcla de desprecio y apatía pues la cosa se complica un poco. Generalmente, cuando esto ocurre podemos hacer dos cosas:

-Proponer nosotros el juego/conversación: Adivina la palabra/Película, hablar de fútbol, del futuro, de los amigos, las mascotas, escuela, etc.

-Tirar la toalla: No insistir más y retirarnos.

No es común que un adolescente juegue con nosotros, por lo general nos ignoran, pero hay honradas excepciones en los que de verdad les interesa compartir unos minutos de su tiempo.

Hoy, por ejemplo, me tocó hacer dupla con un adolescente e intervenir a un adolescente. Uno de mis compañeros apenas ha cumplico los 18 años, y hemos intervenido a un niño que sólo tiene dos años menos que él. Es increíble la diferencia y madurez entre uno y otro.

Muchos de mis compañeros les cambian los ritmos a las canciones infantiles introduciéndoles ritmos más conocidos por los teenagers, funciona bastante bien. Otro recurso es hablar de cosas que le gusten o atraígan, pero todo es cuestión de práctica y de ir probando distintas salas hasta dar con la indicada.

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