De todos los autores que he tenido el privilegio de leer y de palmas sus almas, mi favorito es Wilbur Simth. Poco conocido pero elocuente y sagaz en sus relatos del Antiguo Egipto.
Mi alma está divida en dos civilizaciones: La egipcia y la japonesa, ambas enigmáticas y muy seductoras.
Me provocan esas pelucas elaboradas con adornos de oro y jade, esas tiaras con cobras erectas... Me seducen esas miradas rasgadas y seductoras tras kilos de maquillaje blanco, y esos labios rojos que se pliegan en una amable sonrisa.
Hay más seducción de la que podría soportar.
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